lunes, 27 de octubre de 2008

Capitulo 3: Sobre estatuas y crisis

Queridos lectores,

Ya hacía días que no había encontrado el momento de escribir en este mi blog. El visitar a la familia y amigos absorbe mucho tiempo, y las visitas que se reciben bien merecen dedicarles los minutos que en otras ocasiones dedicarías a la escritura. De todas formas estos días de asueto “blogistico” (en caso de existir semejante palabro) me han permitido recopilar material que quería comentar.

Lo primero es una noticia que atañe a la querida Familia Real Española. Al parecer en el Museo de Cera de Madrid andan muy atareados retocando la nariz de la Princesa Letizia, pero aun les ha quedado tiempo para, una vez consumada la separación de la infanta Elena (no se si es la infanta de naranja o de limón) y Jaime de Marichalar, trasladar la figura de este último del Salón de los Reyes a la sala taurina. Y mi pregunta es, por qué a la sala taurina? Por su supuesta habilidad para lidiar a bichos con cuernos, o por la cornamenta que va a lucir cuando retoquen su estatua??

Pasando a temas menos serios, quería también hacer un apunte sobre la crisis económica. Cada día al leer los periódicos me doy cuenta de que no soy el único poseedor del titulo de licenciado en economía que no tiene ni idea de economía. Y esto, quieras q no, me deja más tranquilo, ya que, como apuntaba una amiga hace poco, mal de muchos, epidemia.
Al parecer, durante estos últimos años, nadie se había dado cuenta de que los bancos y constructoras (apoyados por políticas fiscales amiguistas y una nula supervisión) estaban jugando a la ruleta rusa. Esto no me cuesta demasiado entenderlo, ya que andaban todos muy liados contando los ceros de sus cuentas bancarias, ya que, como es normal, las constructoras y bancos no son entidades sin ánimo de lucro, si no que están ahí como Zaplana en la política. Para forrarse. Quizá sea más sorprendente que tampoco ningún gobierno intentara poner la venda antes de que la herida fuera demasiado grande, pero a estas alturas y dado como funcionan las democracias, que supeditan el largo plazo por aparecer guapo en la foto cuando lleguen las elecciones, supongo que tampoco sorprende a nadie
Lo que más me gusta son los atinados análisis que realizan los economistas de más nombre. Esos sobre cuyos hombros reposa la “Economía Mundial”. Está claro que al fin y al cabo son economistas (“dícese de aquella persona que explicará mañana por qué lo que predijo ayer no ha sucedido hoy”), pero quizá, en orden de mantener un poquito de su prestigio, deberían ser más comedidos a la hora de lanzar titulares. Hay muchos, que emiten sus opiniones con el “ya lo decía yo”, o el “se veía venir”, ahora que ya se le ven los cuernos al toro, pero no hicieron nada en su momento. Pero quizá el que más me ha gustado es el de un tal Ben Bernanke. Pues Ben, que resulta ser el presidente de la Fed (el banco central de los USA), ni corto ni perezoso el pasado junio vio un micro y, con toda la información que tenía en su mano (presumo que debe ser una de las personas del mundo con más información de la economía mundial), se lanzó al ruedo: “Parece que lo peor de la crisis ya ha pasado”. "El riesgo de que la economía entre en una sustancial espiral negativa parece haber disminuido".

Ben quizá no lo sepa, pero el resto de economistas (y gente de mal vivir en general) nos sentimos mucho más aliviados. Podemos cagarla mucho, y aun así, algún día, llegar a ser presidentes de un banco central.

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