martes, 11 de noviembre de 2008

Capitulo 5: Sobre como sobrevivir a las cositas blancas que caen del cielo

Se que debería escribir en el blog más a menudo para que realmente fuera un blog, pero entre dejadez, trabajo, y algún viaje (Bruselas inolvidable), no he encontrado el momento estos días. Mis más sinceras disculpas. Pero cuando esta tarde he salido de la universidad y, desde un cielo inusualmente azul, me he sentido tiroteado, he decidido que debía ser contado aquí.

Como os comentaba, pedaleaba yo tranquilamente a velocidad cansina, ensimismado en un problemilla técnico, cuando, de repente, algo parecido a un perdigón ha impactado contra la punta de mi nariz. Mi primera reacción ha sido encontrar al gracioso para explicarle de muy buenas maneras que o corría o le iba a partir las piernas pero, cual no sería mi sorpresa cuando me he dado cuenta de que más proyectiles de parecido calibre caían a mi alrededor de forma indiscriminada. Sí, estaba granizando, con lo que he tenido el tiempo justo de cobijarme debajo del toldo de una tienda de frutas que se ha convertido en improvisado refugio antiaéreo para cuanto paseante se encontraba en las cercanías. A los pocos minutos, y con la misma celeridad que ha comenzado, la tormenta se ha disipado y todos hemos vuelto a pedalear en dirección al resto de nuestro día.

Ahora, mientras veía morir a Sofia Coppola bajo la certera dirección de su padre (una de las mejores muertes del celuloide, según mi criterio), he visto cómo más bolitas blancas rasgaban la cortina negra que suele ser mi ventana y he recordado que tenía que haceros partícipes de mi experiencia. Aquí queda.